En determinados entornos laborales, la protección contra las descargas electrostáticas (ESD) es fundamental para evitar daños en equipos sensibles y garantizar la seguridad del trabajador. El uso de calzado ESD, especialmente diseñado para disipar cargas eléctricas de forma controlada, se ha convertido en una solución imprescindible en múltiples sectores. En este artículo, te explicamos qué es el calzado ESD, sus aplicaciones, tipos, normativas y cómo elegir el más adecuado para tu trabajo.
¿Qué es el calzado ESD?
El calzado ESD (Electrostatic Discharge) es un tipo de zapato o bota diseñado específicamente para proteger tanto al usuario como a los equipos electrónicos delicados de posibles descargas electrostáticas. Estas descargas, invisibles e imperceptibles para el ser humano, pueden causar graves daños en componentes electrónicos o incluso generar chispas en ambientes inflamables.
El calzado ESD actúa canalizando la electricidad estática del cuerpo hacia el suelo, evitando que se acumule y se libere de forma incontrolada. A diferencia del calzado tradicional, estos zapatos están fabricados con materiales conductores y suelas especiales, capaces de mantener la resistencia eléctrica dentro de los parámetros exigidos por normativas internacionales.
Diferencias entre calzado ESD y calzado antiestático
Aunque suelen confundirse, el calzado ESD y el calzado antiestático no son exactamente lo mismo. Ambos tipos reducen la acumulación de electricidad estática, pero con distintas capacidades y aplicaciones.
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El calzado antiestático reduce la acumulación de carga, pero no garantiza una disipación controlada y precisa. Está diseñado para evitar chispas accidentales en entornos inflamables, pero no es suficiente para proteger componentes electrónicos sensibles.
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En cambio, el calzado ESD cumple con requisitos más estrictos y disipa las cargas eléctricas de manera controlada. Por ello, es el más indicado para trabajos con equipos electrónicos, laboratorios, salas blancas o industrias ATEX.
En resumen: todo calzado ESD es antiestático, pero no todo calzado antiestático es ESD. Esta distinción es clave a la hora de elegir el equipo adecuado.
Tipos de calzado ESD: ¿Cuál necesitas?
El mercado ofrece diferentes opciones de calzado ESD, adaptadas a diversos entornos y necesidades de seguridad laboral. A continuación, te explicamos los más comunes:
Zapatos ESD
Los zapatos ESD son una opción ligera y cómoda, recomendada para entornos interiores como laboratorios, centros tecnológicos o cadenas de montaje electrónico. Suelen contar con materiales transpirables, suelas planas y buena ergonomía, ideales para jornadas largas.
Botas ESD
Las botas de seguridad ESD proporcionan mayor protección en el tobillo y se usan habitualmente en entornos industriales, logísticos o zonas con riesgo mecánico o químico. Ofrecen una mayor sujeción y resistencia, sin perder la capacidad de disipación de cargas electrostáticas.
Calzado de seguridad ESD con puntera y plantilla
Este tipo de calzado incorpora elementos de protección adicionales, como puntera de acero o composite, y plantillas antiperforación. Son ideales para sectores donde se combinan riesgos eléctricos con riesgos físicos, como la construcción, la automoción o la industria pesada.
Grupo Abadye, empresa especializada en equipos de protección individual (EPI) y calzado de seguridad, ofrece una amplia gama de calzado de seguridad ESD certificado, garantizando la máxima seguridad sin renunciar al confort.
¿Qué normativas debe cumplir el calzado ESD?
El calzado ESD debe cumplir con normativas internacionales específicas, que aseguran su efectividad y nivel de protección. La principal es la EN 61340-5-1, que regula el control de descargas electrostáticas en entornos industriales.
También se exige que cumpla con la EN ISO 20345 o 20347, dependiendo de si se trata de calzado con o sin puntera de seguridad. Estas normativas definen parámetros como:
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Resistencia eléctrica entre 0,1 y 100 megaohmios
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Disipación segura de cargas estáticas
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Materiales conductivos o disipativos en la suela y forro interior
Contar con calzado homologado no solo protege al trabajador, sino que asegura el cumplimiento legal de la empresa ante riesgos laborales.
¿En qué sectores se utiliza el calzado ESD?
El uso de zapatos ESD está cada vez más extendido en diferentes sectores que requieren entornos controlados en términos de carga electrostática. Algunos ejemplos:
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Industria electrónica y microelectrónica: para evitar daños en componentes sensibles.
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Industria farmacéutica y biotecnológica: en salas blancas o laboratorios donde la estática puede alterar procesos.
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Automoción y aeronáutica: en líneas de ensamblaje con sistemas electrónicos complejos.
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Centros de datos y telecomunicaciones: para proteger servidores y equipos de red.
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Instalaciones ATEX o atmósferas explosivas: donde una descarga puede generar chispas peligrosas.
Gracias a su experiencia en soluciones de protección laboral, Grupo Abadye asesora a empresas de todos estos sectores para elegir el calzado ESD más adecuado a cada entorno.
Cómo elegir el mejor calzado de seguridad ESD
A la hora de seleccionar un calzado seguridad ESD, es importante tener en cuenta varios factores:
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Tipo de entorno laboral: ¿trabajas en interior o exterior? ¿Hay riesgos mecánicos además de eléctricos?
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Normativas requeridas: asegúrate de que el producto cuenta con certificación ESD y cumple con las normas EN ISO.
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Nivel de confort: elige modelos ergonómicos, transpirables y con buena amortiguación, especialmente si pasas muchas horas de pie.
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Resistencia a otros factores: como productos químicos, aceites, agua o calor.
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Durabilidad y mantenimiento: un buen calzado ESD debe ser resistente y fácil de limpiar.
En Grupo Abadye encontrarás una cuidada selección de botas ESD, zapatos de seguridad ESD y modelos antiestáticos, todos con la máxima garantía de calidad y rendimiento, adaptados a las exigencias de cada puesto de trabajo.

